Un día descubrió que saltar era la única forma de separarse (un ratito) de su sombra. Se apuntó a voleibol, luego a salto de altura, luego a salto con pértiga, a parapente… Y al fin supo por qué el hombre siempre ha querido volar: para estar solo, para dejar abajo, lejos, diminuto lo que fue y ser sólo presente, ahora, luz.
Lugar: Madrid – España