Siempre cuenta que nació en un río, su madre se puso de parto y en una contracción él salió disparado como un balón. Dice que 3 centímetros antes de tocar el agua le salvó que el cordón umbilical no era más largo. Y que del cordón tiró su madre para recuperarlo, como un bonito, y comerle a besos.
Lugar: Rotorua – Nueva Zelanda