Mi prima fue la primera a la que le vi las tetas así, desde arriba. Javi y yo nos asomamos a la ducha y a nosotros se asomaron esos montes recién llovidos que ya nunca se fueron de nuestra adolescencia.
La vida hay que mirarla de vez en cuando desde arriba, porque se coge perspectiva y porque las mejores y las peores tetas acaban pareciendo iguales.
Lugar: Valverde de los Arroyos – España