Siempre presumo de que teniendo un blog uno puede decir lo que quiera, y luego reculo.
Será que hace ya unos años me cerraron mi space en live.com y me dejó tan marcado que ahora me da miedo soltar por esta boquita.
Y sí, se vuelve insulso y un poco inútil tener esto abierto si no digo lo que quiero.
Y teniendo entre nosotros a dueños de empresas que cierran sin pagar lo que deben, (hablo de dueños de aerolíneas que son presidentes de empresarios, y de dueños de gimnasios como el FACTORY GYM de Guadalajara que desaparecen con tu dinero), a uno no le extraña que la cosa vaya como vaya.
Somos todos unos ladrones, a nuestra manera, y nos excusamos con lo de que somos españoles, que somos europeos, que tenemos una cultura y una tradición, pero eso es lo que más arraigado tenemos todos, que somos unos ladrones. ¿Por qué cobrar 0,99 euros el kilo de Sandía al consumidor mientras se paga a 0,1 al productor? ¿Por qué no currar 4 días a la semana en vez de 5 (mi caso)? ¿Por qué no cobrar una casa que cueste hacerla 100.000 euros (ojito que yo creo que cuesta menos) a 200.000???!!!!
No nos engañemos. Si podemos, vamos a robar (hablo de tiempo en mi caso, y de dinero a veces también en mi caso), porque nos roban día a día.
Después de ver cómo funciona la vida en otros lados, queda más claro hacia dónde vamos, o lo que somos, y con lo que nos conformamos, porque al final, con huelgas y sin huelgas, nos conformamos.
Era la típica frase que yo le decía a Ura: “Sí, vale, lo que tú digas” (y ya).