Hoy ha sido el día de la música, en realidad yo llevo unos meses inundado en música, bueno, de toda la vida he nadado en música, aunque no toque ningún instrumento. Pero esto va así, unos ponen la música y otros las orejas, y algunos, ponemos los oídos…
Hace ya unos años, en un recinto gigante, era todo oídos para mis Jimmy Eat World…eché toda la carne en el asador, dispuesto a quitarme un par de kilos, pero el gozo duró una sola canción. En el segundo tema el guitarrista cayó al suelo redondo…mierda, aún sigo esperando a que vuelvan…
Hace una semana, en un auditorio entre calles de Madrid, soportamos una tarde de sonidos raros hasta que The Unfinished Sympathy salió a darlo todo. Yo encantado, porque los cortes de luz hicieron que los acordes de su primera canción de directo de 2009 estuvieran duplicados. Pero el gozo volvió a durar poco, los rayos y las gotas llenaron de emoción los cuatro temas del concierto. Al menos me llevé una foto después de la suspensión.
Han sido dos (mini) conciertos inolvidables.
Josh Rouse, está en otro nivel (ni más alto ni más bajo, en otro nivel).
Y poner a Wolfmother a todo volumen en el coche, es otro rollo…que por cierto, estáis tardando en probar.